Las empresas de servicios de salud experimentan momentos de grandes dificultades en el escenario brasileño actual. El sector está presionado por la dictadura de los planes de salud, que imponen precios, términos y formas de pago; tiene costos operativos muy altos; severas demandas legales de los organismos reguladores, que requieren grandes y constantes inversiones; público objetivo cada vez más exigente; riesgos civiles y operativos muy importantes y mano de obra costosa, especializada y de suministro restringido.